Durante la enfermedad de su mujer, Enrico reflexionó mucho sobre el pasaje del Evangelio de san Mateo en el que Jesús dice: “Venid a mí los que estáis cansados y agobiados […] porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”. Horas antes de morir, Enrico preguntó a su mujer: “Chiara, mi amor, pero ¿esta cruz es realmente suave como dice el Señor? Ella me miró, me sonrió y con un pequeño hilo de voz me dijo: ‘Sí, Enrico, es muy suave’. Por lo tanto, no hemos visto morir serena a Chiara, la hemos visto morir feliz”, declaró Enrico en una entrevista en Radio Vaticana.
No artigo: Foto de Chiara depois de perder um olho devido ao cancro que avançava.
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