~Como qué cosas? Sudáfrica, gobernada desde el fin del Apartheid por
el Congreso Nacional Africano de Mandela (ANC), ostenta varios récords
muy poco envidiables: la 'nación arcoiris' es el país con mayor criminalidad del mundo,
el que sufre más violaciones por habitante, el cuarto en número de
asesinatos, el que tiene más paro de África, el de mayor número de
embarazos adolescentes, el más desigual económicamente (según el índice
GINI), el que tiene más casos de sida en proporción a su población...
Sí, el Apartheid era un régimen terriblemente injusto, pero ni su
desaparición ni la llegada de ese santón laico, Mandela, a la
presidencia lo convirtieron precisamente en un paraíso. Han pasado más
de dos décadas desde el fin del régimen racista sudafricano e incluso los comentaristas más esperanzados admiten su decepción.
En
muchos aspectos, el deterioro en picado empezó inmediatamente. Entre
1995 y 2000, según la Oficina Nacional de Investigación Económica
norteamericana, los ingresos medios cayeron un 40%, y apenas se ha
experimentado mejora desde entonces. "Los negros sudafricanos disponían
de una renta media más alta inmediatamente antes de la caída del Apartheid", señala el instituto.
Algunos
de los más críticos con la ruinosa deriva del país son, precisamente,
los entusiastas de la primera hora, como R.W. Johnson, autoproclamado
marxista y viejo partidario del ANC, que en su libro 'How long will
South Africa survive? The Looming Crisis' explica cómo el gobierno se ha
ido deslizando hacia el estilo de vida de tantas otras oligarquías africanas,
pero con más riqueza que expoliar y destruir. No es un panorama
atractivo ni el libro deja mucho lugar a la esperanza sobre el futuro.
Una de las primeras víctimas de las absurdas políticas socialistas del gobierno fue la agricultura que, como sucedía en Zimbabwe, estaba esencialmente en manos de granjeros blancos que producían hasta el punto de exportar al mundo entero.
1 comentário:
Não é nenhuma novidade. O Apartheid não era perfeito, como é óbvio, e até podia ser mesmo racista em favor do branco, mas agora o país não está melhor, antes pelo contrário. É como Angola e Moçambique antes da independência, dois "países" prósperos que prestavam serviços.
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